Una cena de dioses

Un lugar al sur de Italia.
Miseno, Bácoli, Italia. 2009.-

Son momentos que recordé en estos días.
Y al comentar de ellos con Santi los veo hoy como "mágicos".
En viaje en auto desde la pintoresca Nápoles hacia Roma buscando donde pasar la noche llegamos a Miseno.
Un lugar que a oscuras poco se vio como atractivo.
Casi noche y más que otoñal, cansados de andar y hambrientos en búsqueda de un simple refugio, donde una tenue luz llamó nuestra atención por su cartel y leyenda de Hotel y Restaurante.
Nada más, y allí fuimos!
Para nuestro asombro sólo se abrió una puerta trasera con movimientos a cocina.
Una persona con guantes blancos se dejó ver.
Y acto seguido nos indicaron la puerta principal a la cual accedimos.
Una linda muchacha nos acompañó a un cuarto de un primer piso. La cual nos indicó que a la mañana tendríamos una vista maravillosa desde el balcón para mirar el mar.
Dejando nuestro equipaje, preguntamos si había algo como para cenar en el restaurante.
E inmediatamente nos recibió él, Edoardo, el cocinero oculto con su ayudante.
Una cena impensada e inimaginada en horas tardías, únicos en un hotel restaurante fuera de temporada...
Una cena maravillosa de sabores y preparación de alta cocina. Edoardo era un cocinero premiado por platos elaborados con materia prima de la región de la península Flegrea, de la bahía de Miseno.
Y así fue que tuvimos una cena de dioses!
Solamente Santi y yo, rodeados de ellos en cada bocado, en cada gesto de amor servido en nuestra mesa.
Quedamos hechizados. Luego nos retiramos a dormir.
Y nuestro despertar fue aún más espectacular al saber de este lugar.
Ese balcón estaba frente al bello mar, con aguas del golfo de Nápoles con las Islas Isquia y Prócida.
Allí,  justo allí, estaban los dioses!!!