Un té y nenúfares...

Mientras tomaba mi té hoy, recordé un singular y aireado momento en los sorprendentes Esteros del Iberá, bajo la galería de una encantadora casa de campo correntina, con una decó fresca, confortable, sencilla pero con mucho estilo.
Allí nos alojamos unos días , en el Pirá Lodge de fly fishing, pasión deportiva que tanto disfruta mi marido.
Fuimos invitados de honor de los maravillosos peces "dorados" o llamados "tigres del Paraná" por su lucha para no salir de estas brillantes aguas.
Estando allí, y ya hace unos años, viví una bella experiencia junto a estos humedales que son una mágica obra de la naturaleza como Reserva Natural del Noreste de la Argentina.
Vivir todo aquello fue increíble por las sensaciones que sacude el alma y en comunión frente a tanta belleza natural.











Tanto de día como de noche fue el placer de sentir los sonidos del silencio, de las aguas de las lagunas cristalinas y la fauna durmiente de esa inmensidad.
Momentos emocionantes y exultantes de avistaje de aves, los negros yacarés, los enormes carpinchos, los juncales, los camalotales...
Y el momento más esperado fue la pesca de estos famosos peces, que en temporada de verano, saltan y saltan como una lluvia dorada que hasta colman los botes con ellos, una locura!!!
Para calmar tanta fuerza natural, el reposo llega por la tarde.
Yo siempre disfruto la hora del té y ésta se presentó allí como el mejor bálsamo.
Un delicioso té en bandeja y perfumada con el aroma a tortas, tostadas y scons recién horneados y de mermeladas húmedas de color y sabor.
El descanso fue pleno.
Y la noche tuvo su encanto también.
La inmensidad de estos cielos y los horizontes se fundieron con otros olores y sabores para tentar a cualquier mortal con su exquisita cocina gourmet.
Un festín para los sentidos.
Un descanso soñado.
Un delicioso té. Los nenúfares al sol.
Unos días inolvidables.